Quiero que sepan que nunca ha sido mi intención abandonar tanto este espacio y me encantaría poder regresar a escribir, he estado trabajando en nuevo contenido y también tengo muchas reseñas y recomendaciones pendientes.
Este año me vi en la necesidad de buscar un nuevo trabajo, un cambio que no ha sido fácil pues mi trabajo actual es bastante demandante (pero me encanta), por lo que no he tenido tiempo de poder actualizar el contenido de este sitio; llego a casa super agotada únicamente buscando dormir.
Después, como si se tratara de una cruel broma del destino vino el sismo del 19 de septiembre y la ciudad se paralizó por completo, ese día yo me encontraba en la zona de la Roma Sur, una de las zonas con mayor cercanía a las zonas de derrumbes, me tocó estar cerca de una de las explosiones de gas y ver la Avenida de Insurgentes totalmente cerrada, únicamente ocupada por los cientos de personas que salieron de los edificios que trabajaban en la zona y caminaban a su destino, nunca había visto algo parecido. Había vidrios y polvo en las banquetas de las grietas de las casas mientras caminabas, azulejos en el suelo, negocios cerrados y sin señales de luz eléctrica en ningún sitio; pocas tiendas locales permanecieron abiertas las cuales fueron un alivio para las personas que buscaban una botella de agua y poder seguir caminando. Yo aún no nacía cuando tocó el sismo de 1985, así que siempre lo sentí como una situación distante; vivirlo definitivamente es una experiencia muy diferente que te cambia la percepción de la vida y la fuerza de la naturaleza.
Me despido de un año en el que les agradezco a ustedes su visita, correos y comentarios.
Nos leemos en 2018.
Este año me vi en la necesidad de buscar un nuevo trabajo, un cambio que no ha sido fácil pues mi trabajo actual es bastante demandante (pero me encanta), por lo que no he tenido tiempo de poder actualizar el contenido de este sitio; llego a casa super agotada únicamente buscando dormir.
Después, como si se tratara de una cruel broma del destino vino el sismo del 19 de septiembre y la ciudad se paralizó por completo, ese día yo me encontraba en la zona de la Roma Sur, una de las zonas con mayor cercanía a las zonas de derrumbes, me tocó estar cerca de una de las explosiones de gas y ver la Avenida de Insurgentes totalmente cerrada, únicamente ocupada por los cientos de personas que salieron de los edificios que trabajaban en la zona y caminaban a su destino, nunca había visto algo parecido. Había vidrios y polvo en las banquetas de las grietas de las casas mientras caminabas, azulejos en el suelo, negocios cerrados y sin señales de luz eléctrica en ningún sitio; pocas tiendas locales permanecieron abiertas las cuales fueron un alivio para las personas que buscaban una botella de agua y poder seguir caminando. Yo aún no nacía cuando tocó el sismo de 1985, así que siempre lo sentí como una situación distante; vivirlo definitivamente es una experiencia muy diferente que te cambia la percepción de la vida y la fuerza de la naturaleza.
Me despido de un año en el que les agradezco a ustedes su visita, correos y comentarios.
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