AÑO: 1992
DIRECTOR: Shimako Sato
GENERO: Drama / Fantasía / Romance
VALORACIÓN: 2/5
SINOPSIS:
Alex es un vampiro que se enamoró de una mujer llamada Virgina Clemm en el siglo XIX, después de convertir a Virginia en vampiro, el desastre los alcanza a ambos y ella muere. Situada en una época actual, ahora Alex se encuentra con Anne, una bibliotecaria que le recuerda a su amada Virginia; sin embargo la intervención de un hombre misterioso traerá el desastre una vez más y usará a Anne para destruir a Alex.
NOTA: Esta es una de las películas que he descubierto por casualidad, hace varios años gracias a una noche de insomio, vi esta película en la TV, desde entonces no la he vuelto a encontrar ni siquiera en DVD, excepto buscándola en Internet.
LO BUENO:
Aunque estamos frente a un filme de vampiros, no está cerca de ser catalogada como terror. Aunque hay por supuesto, sangre, muerte y violencia; la trama y su narrativa, más bien la convierten en una historia poética de amor, muerte y venganza.
Tomando en cuenta que es una película con una directora de origen japonés, Shimako Sato presenta una fotografía muy particular. Se trata de un filme lleno de poesía visual, el uso de la luz, las sombras, la toma de la cámara en primera persona, el contraste del color rojo escarlata de la sangre, etc. realmente hacen lo mejor de la película
En cuanto al folklore del vampiro, la única propuesta interesante es que estos vampiros pueden caminar a plena luz del día sin problema alguno y al parecer sin debilitarlos de alguna forma. Extrañamente no vemos colmillos en ningún lado de la película.
No hay efectos especiales que mencionar aquí, si tenemos en cuenta que se trata de una película de 1992; lo importante recae en el vestuario, maquillaje y ambientación. En este caso, el vestuario que vemos durante los flashbacks y los recuerdos de Alex con Virginia, son de los mejores en la película (visualmente hablando).
LO MALO
La trama puede verse un poco lenta y aburrida, hay algunos intervalos sumamente lentos en la historia y los actores.
El guión no es impresionante, y tampoco lo es el desarrollo de los personajes; con motivaciones demasiado simples a mi gusto. La mayoría de las cosas que sobresalen son la estética visual de la película.
Las actuaciones tampoco son lo mejor, Julian Sands como Alex, nos presenta a un vampiro sumamente tranquillo. Como el personaje que se queda en la parte de atrás, con movimientos un poco más lentos y prudente, le da un aire de “edad” y sensatez al personaje, pero también lo hace ver "muy acartonado" y rígido. Aunque solamente he visto a Julian Sands en la serie de Blood Ties (como cazador de vampiros, irónicamente), siempre se me ha dado la idea de que le falta algo de pasión a sus personajes. El resto del elenco, tampoco es impresionante y pasan al olvido.
Aunque estamos frente a un filme de vampiros, no está cerca de ser catalogada como terror. Aunque hay por supuesto, sangre, muerte y violencia; la trama y su narrativa, más bien la convierten en una historia poética de amor, muerte y venganza.
Tomando en cuenta que es una película con una directora de origen japonés, Shimako Sato presenta una fotografía muy particular. Se trata de un filme lleno de poesía visual, el uso de la luz, las sombras, la toma de la cámara en primera persona, el contraste del color rojo escarlata de la sangre, etc. realmente hacen lo mejor de la película
En cuanto al folklore del vampiro, la única propuesta interesante es que estos vampiros pueden caminar a plena luz del día sin problema alguno y al parecer sin debilitarlos de alguna forma. Extrañamente no vemos colmillos en ningún lado de la película.
No hay efectos especiales que mencionar aquí, si tenemos en cuenta que se trata de una película de 1992; lo importante recae en el vestuario, maquillaje y ambientación. En este caso, el vestuario que vemos durante los flashbacks y los recuerdos de Alex con Virginia, son de los mejores en la película (visualmente hablando).
LO MALO
La trama puede verse un poco lenta y aburrida, hay algunos intervalos sumamente lentos en la historia y los actores.
El guión no es impresionante, y tampoco lo es el desarrollo de los personajes; con motivaciones demasiado simples a mi gusto. La mayoría de las cosas que sobresalen son la estética visual de la película.
Las actuaciones tampoco son lo mejor, Julian Sands como Alex, nos presenta a un vampiro sumamente tranquillo. Como el personaje que se queda en la parte de atrás, con movimientos un poco más lentos y prudente, le da un aire de “edad” y sensatez al personaje, pero también lo hace ver "muy acartonado" y rígido. Aunque solamente he visto a Julian Sands en la serie de Blood Ties (como cazador de vampiros, irónicamente), siempre se me ha dado la idea de que le falta algo de pasión a sus personajes. El resto del elenco, tampoco es impresionante y pasan al olvido.
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